J o k e r ♥ H a r l e y
M A D L O V E
La historia de Harley Quinn y The Joker, la pareja de villanos mas malvada y maravillosa que puede existir en la ciudad Gotica.
A continuacion les mostrare una historia de amor entre Harley y Joker.
Esta vez si que había sido grave. Harley Quinn estaba allí, tumbada, con la cabeza sangrando, el cuerpo debajo de pesadas ruinas y sin responder.
Flashback
El Joker tenía todo preparado para poder acabar definitivamente con Batman, sí. Le había enviado una nota, tenía a un rehén y el espacio era todo un chiste en sí: una parada de un circo que imitaba una cueva de murciélagos. ¡Era el final perfecto, la broma perfecta!
Herley Quinn admiraba el plan de su querido Joker y no quería estropearlo. Esperaría calladita a que Batman viniera al rescate tal y como le había dicho su amado. El Joker ya estaba fastidiado de tenerla ahí, molestando y moviéndose alegremente en su rincón. Le era pesada pero debía admitir que los juegos de noche con ella le encantaban.
Y fue entonces que Batman apareció y empezó a dar la típica paliza al Joker. Ni rehén ni leches. En ese momento salió Harley y puso un cuchillo sobre el cuello del rehén.
- ¡Deja al señor J o morirá!
Batman se aturó y el payaso le propinó un par de golpe en la espalda. Levantándose del suelo, el murciélago lanzó su boomerang-murciélago dando un golpe a la arlequín, que cayó para atrás dándose un golpe y quedando inconsciente.
- Tsk. No sirve para nada, -giró hacia Batman y le habló,- ahora la lucha es entre los dos... hahahaha
Sacó de su bolsillo dos granadas y las tiró sin anilla mientras salía de ese lugar, abandonando a Harley, importándole un pimiento el rehén e intentando sepultar con la explosión a Batman.
A duras penas el héroe pudo evitar la explisión. Salió mal herido, sólo arrastrando al rehén. Fue entonces que se dio cuenta que Harley estaba allí todavía, abandonada, como siempre.
Cuando llegó la policía indicó dónde estaba e intentó salir detrás del villano sin tener suerte.
Fin del Flashback
Una agente se acercó a la chica y al ver que sangraba mucho, llamó a una ambulancia y pidió el traslado a Arkham en cuanto fuera posible. Ya sería la octava vez que entraba en ese centro psiquiátrico de presos.
La arlequín ya llevaba tres días en el hospital, sin salir. Su estado era de coma. No había despertado desde el golpe.
- ¿Qué hacemos con ella? No podemos tenerla aquí para siempre -comentó un médico al comisario.
- Supongo que si ese es su estado, puede entrar en Arkham en una sala especial. Aquí es más fácil de que venga a rescatarla.
- ¿Que venga quién?
- El Joker.
- No es de esa clase de villanos -apareció por detrás Batman.
Ciertamente, aunque ya se sabía que Harley Quinn era la compañera de El Joker, también sabían que sólo era una mera perrita que lo complacía en todo, que abandonaba y maltrataba continuamente. Curiosamente, públicamente no se cortaba en decirle "pastel de calabaza" o "señorita Q". Todas las anteriores que ella había estado en Arkham, él no había hecho nada para que saliera. Siempre había pasado algo que la permitiera escapar. Esta vez sería como siempre. Daba un poco de pena, ella estaba ciégamente enamorada de él, pero quién decía que él sentía algo por ella cuando a penas le hacía tiempo. La estaba utilizando.
Los días pasaron. Harley Quinn fue trasladada al psiquiátrico pero seguía en coma y no se sabía tampoco nada del Joker. Tanto tiempo pasó como un mes. El payaso intentó asestar un golpe pero Batman lo sacó rápidamente fuera de juego e incluso lo capturó
- Lo he notado raro... no estaba como siempre, me daba la sensación que sonreía menos... -observó el héroe.
- ¿Triste sin su "paste de calabaza"? No es títpico de él preocuparse por alguien.
- Eso pienso yo, pero su plan era... tan poco elaborado. Es como si quisiera ser capturado adred...
Entonces se dio cuenta, quizás quería infiltrarse dentro de Arkham para salir de allí con Harley. Y por lo que parecía tampoco sabía su situación.
Exactamente. El Joker estaba donde quería estar. Por una vez en su vida había deseado ser capturado expresamente por el mierdoso de Batman. Odiaba mucho las celdas de Arkham y ciertamente y de manera rara no había planeado cómo salir de allí. Se conformaba con ver a Quinn por allí. Mientras iba por el pasillo de traslado a su celda, no vio en ningún momento a su arlequín. Hasta reconoció a Ivy y al señor pingüino. Su sonrisa volvió a caer.
El Joker no podía entender cómo no había coincidido con nadie que supiera nada de Harley hasta que el propio Batman se presentó en horario de visita para su sorpresa.
- ¡Menudo chiste, Batsy!
- Buscabas a Harley.
- Sólo tuve un mal día.
- Claro. Bueno, pues te informo que sí que está aquí.
Ahí hubo un salto de atención del payaso.
- Pero que sepas que lleva más de un mes en coma.
- ¿En coma?
- Se golpeó muy fuerte la cabeza en la última explosión, desde entonces no ha despertado.
La cara del Joker fue inesperada. No quería creer que ella realmente no estaba normalmente. Batman se levantó y se fue, dejando a un confundido Joker. De regreso a su celda vio correr a varios médicos que gritaban:
- ¡Harley ha despertado! ¡Coged una unidad de calmantes, parece estar muy nerviosa!
Pero enseguida el payaso recibió un fuerte empujón a su celda. No iba a permitir que la única oportunidad de llevársela fuera estropeada. Comenzó a sonreír y sin manos disponibles le dio una patada al guardia y se deshizo de sus manillas. Entonces salió corriendo en la dirección de los médicos.
Se fue escondiendo, también lo buscaban, ahora no quería montar un gran escándalo hasta que no tuviera que salir. Y allí la vio, asustadiza, sin su maquillaje ni su gorro, como la primera vez que la conoció. Miraba para todos los lados, se había caído de la cama, sólo llevaba un traje blanco y no reconocía ni a la doctora Lelad, su compañera. No paraba de gritar "quiénes sois, quiénes sois". En seguida le pusieron calmantes y salieron de la sala quejándose.
- Buf, amnesia temporal. Aunque no me extraña, con el golpe que se había dado y la sangre que perdió.
Otra sorpresa para El Joker. No pensó que había salido tan mal parada. En un momento de despiste se deslizó a la sala y se puso al lado de la cama de la rubia.
- Harley...
Ésta abrió medio aturdida los ojos y enfocó la persona que le hablaba.
- ¿Quién es usted? ¿Un doctor?
- ¿No me reconoces?
- No...
El Joker entró en shock por unos segundos. ¿Por qué le molestaba tanto que esa chica no lo reconociera? Porque era SU chica. Nunca le había atraído ninguna mujer, pero ella... tenía algo, tenía algo que le atraía al menos físicamente. Quería seguir con sus juevos nocturnos y quería tenerla a su alrededor molestándolo, haciendo bromas y cagándola siempre.
- No, no, no... ¡no puede ser que te hayas olvidado de mí! -le gritó cogiéndola de los hombros.
- ¡Ah! ¡Suéltame, pastelito!
- ¿Eh?
- ¡Que me suelte, desconocido!
- Eso no es lo que has dicho.
- Sí, eso es lo que he dicho, ¡me hace daño!
O él había escuchado mal o a ella se le había escapado por acto reflejo. Decidió irse por el momento, pero regresaría... no. Se la iba a llevar, aunque ahora fuera por la fuerza hasta que recuperara su memoria. Y así lo hizo, la cogió al hombro y se la llevó, ella resistiéndose, llamando la atención a todo el centro y dificultando la faena, como siempre.
Le costó, pero tapándole la boca y habiéndole metido un calmante, se la llevó por los pasillos.
- ¡Joker, suéltame y le buscaré un remedio! -gritó Ivy.
Sin mucho cuestionarlo cogió un carrito de la comida que había ahí y lo estampó en la celda de la mujer verde. No sabía por qué la había dejado ir pero le había gustado lo de que podía recuperar a su Harley. Junto con el poder de Ivy, consiguieron escapar y llegar a la guarida de ésta.
- Grrr... espero que sea verdad que la devolverás...
- No lo hago por ti, estúpido. Lo hago por ella, porque es mi amiga y la quiero mucho, ¿entiendes? Bah, lo dudo. De hecho preferiría que no te recordara para que dejaras de maltratarla, pero ella no me lo perdonaría.
Eso hizo torcer el morro al payaso. ¿Maltratarla? ¡Pero si la mimaba! La tenía a su lado siempre, incluso vivían y dormían juntos (aunque eso no lo sabía casi nadie) y de vez en cuando era delicado con ella, le daba algún beso y jugaba con ella en la cama. Además, una vez le regaló un anillo (bueno, una anilla de una granada) que formalizaba su estado. Simplemente esa hierba no entendía lo que era su relación. Aunque no lo pareciera tenía confianza en ella, pues dejaba que la capturaran porque sabía que no hablaría de él. También confió en su llegada aquella vez que ella lo rescató de Arkham. Además sabía que si la abandonaba, ella volvería.
Ivy se puso a hacer pociones de diferentes colores que luego mezclaba. Finalmente hizo una que desprendía mucho olor y en seguida la tapó.
- Vale, ahora hay que despertarla, pero suavemente -miró mal al payaso.
El Joker no la dejó tocarla, la cogió en brazos y se la puso sobre sus piernas. Suavemente le acarició la cara y pronunció su nombre. Eso sorprendió a Ivy, nunca pensó que ese sonrisas pudiera ser tan dulce. Sin embargo, Harley seguía sin despertar.
- Te pasaste con el calmante.
- El que le iban a meter.
El Joker respiró hondo. Y a pesar de estar Ivy delante, le dio un beso en los labios a su rubia. En ese momento recordó que Batman los había pillado tonteando alguna vez. Eso le llenó de rabia por un instante y se apartó bruscamente. Ciertamente, Ivy nunca entendería cómo podían estar juntos esos dos. El Joker no parecía alguien para estar en pareja, por lo contrario seguía teniendo a su lado a Harley. Y Harley era una romanticona que pensaba en formar una familia, pero estaba sacrificando el tener una relación normal por estar con ese payaso.
Poco a poco los ojos de Harley Quinn se fueron abriendo. Volvía a no saber dónde estaba. La sala había cambiado, ya no era blanca, sino las paredes eran verdes y con muchas plantas. Movió la cabeza a un lado y vio a Ivy, a la que no reconoció. Se estremeció un poco y entonces se dio cuenta que estaba en el regazo de ese hombre raro que decía conocerla. Quiso apartarse de él pero su cuerpo todavía estaba atontado.
- Tranquila. Te llamas Harley Quinzel. ¿Eso lo sabes?
Ella afirmó.
- Pero ahora utilizar el nombre de Harley Quinn. ¿Eso también lo sabes?
Ahí dudó. El nombre le sonaba pero no era capaz de reconocerlo como el suyo.
- ¿Y por qué tengo dos nombres?
Ivy miró con preocupación a El Joker.
- Le ha dado muy fuerte. Espero que esto funcione -dijo cogiendo el tarro con la mezcla que había hecho antes.
Cuando le acercó el recipiento cerca de la cara, Harley se asustó tanto que hasta no temió aferrarse al cuerpo del payaso.
- ¿Qué es eso?
- No te preocupes, sólo tienes que olerlo. Es una esencia que quizás te hace recordar cosas.
- ¿Recordar?
- Estás amnésica. Yo soy tu amiga Ivy, pero no me reconoces.
- Ivy...
- Y él es... El Joker, tú... erm... El Joker.
- Joker... ¿Señor J...?
La pelirroja le acercó la esencia a la nariz y comenzó a notar que se mareaba. La cabeza se le cayó para atrás y suerte que El Joker se la sujetó porque sino se la hubiera dislocado. Empezaba a tener un pitido insoportable en los oídos y al mirar a la cara del payaso, pequeños flashes se le cruzaron por la mente.
- Joker... Batman... Ivy... Selina...
Y se acabí de desmayar.
- ¡Se ha desmayado! ¡Dijiste que se recuperaría!
- ¡Imbécil! ¿¡No has visto a caso que ha dicho nombres!?
Ivy mezcló algo más a la esencia para hacerla más fuerte y se la dio a oler otra vez. Harley entonces se despertó casi de golpe, respirando pesadamente, sudando. Su rostro fue empalideciendo y de golpe apartó a El Joker y salió corriendo hacia cualquier sitio donde pudiera vomitar, en este caso en una papelera. Cayó de rodillas en el suelo, sus hombros se relajaron y su respiración se normalizó. Ivy le acercó un vaso de agua y la acompañó al lavabo. Allí pasaron un rato juntas, hablando, comprobando que todo estuviera en orden. Entonces...
- ¡Aaaaaaaaaaaaaah!
Harley salió del baño y miró por todos los lados. Reconoció a su payaso. Eso provocó que se pusiera colorada, muy colorada.
- ¡No llevo mi traje, no llevo mi traje! ¡Qué ha pasado!
- Has estado más de un mes en coma y al despertar tenías amnesia. Estábamos en Arkham pero El Joker nos sacó de allí y te pude hacer una esencia para que recuperaras tus recuerdos.
- Un mes... un mes en coma...
- Por lo visto te diste un gran golpe en la cabeza, ¿lo recuerdas?
Negó con la cabeza.
- Sólo recuerdo a Batman darme con ese murciélago electrónico en miniatura, ¿pero eso me hizo tanto daño?
- Mmm... por lo que he he oído ahí, te encontraron bajo ruinas.
El Joker prefirió mirar hacia otro lado; la explosión la había provocado él.
- ¿Entonces tú me salvaste?
La cara de Harley Quinn se iluminó y se lanzó a los brazos de su pastelito.
- ¡Eres el mejor!
- Oh, por favor... para hacer eso os vais a vuestro nido. A mí me dejáis en paz -dijo asqueada Ivy.
- Eso, está hecho. No me gusta tu espacio. Vámonos a casa.
Se levantó El Joker, cogió a Harley a hombro y se fueron a su casa. Ivy se quedó en silencio.
- Pues realmente viven juntos...
Una vez en su casa, el payaso dejó a Harley en la cama, un tanto bestia. Ella gimió por el dolor de su cuerpo y se quedó en silencio. Él se apartó y se fue a escribir en sus papeles. Harley se decepcionó un poco, pensó que sería un poco delicado después de todo lo que le habían dicho que pasaba, pero no era así.
Se cubrió con la sábana e intentó dormir. Al cabo de poco notó que alguien, suponía que su amado, entraba en la cama y se acomodaba dándole la espalda. Nuevamente ella se entristeció. Ciertamente, excepto las veces que hacían algo juntos, dormían en la misma cama pero un poco separados. Debía añadir al mismo tiempo, que si ella se acercaba a él durante la noche y no estaba de muy mal humor o no se daba cuenta, a la mañana siguiente él no decía nada. Intentó de nuevo cerrar los ojos, cuando notó que El Joker volvía a moverse y que sus brazos la rodeaban.
- Me asusté mucho cuando no me reconociste -susurró al oído de la chica.
Luego no dijo nada más, la apretó un poco más a su cuerpo y ambos se durmieron.
Falsa alarma
Estaba muy nerviosa. No paraba de dar vueltas para arriba y para abajo. Muy, muy nerviosa, tanto que hasta El Joker, dejó atrás los papeles y saltó regañándola:
- ¡Se puede saber qué narices te pasa! ¡No paras de dar vueltas! ¡Me estás poniendo nervioso!
Harley cortó la respiración y decidió irse al baño para sorpresa del payaso.
- No se lo puedo decir, no se lo puedo decir. Antes me tengo que asegurar, eso... eso... pero es que... ya han pasado dos semanas y no me ha bajado la regla...
Las lágrimas casi se le escapaban. Seguro que si ahora se quedaba embarazada sería un doble estorbo para él, incluso seguro que le diría que no quiere el bebé o la abandona para siempre.
- A ver, volvamos a contar, Harley. 1, 2, lo hicimos, 3, lo hicimos y me tendría que haber llegado, 4, 5 y todavía no me ha venido y dentro de nada hago la 6a semana... ains, ains... se me está atrasando mucho.
Cuando salió del baño, El Joker se había quedado dormido encima de su mesa de trabajo. Ella se acercó a él suavemente y lo despertó para llevarlo a la cama. Allí él se arrimó mucho a ella, sabiendo lo que quería, pero ella se apartó. Eso no le gustó a El Joker, se dio media vuelta indignado y se durmió. Normalmente, si ella tenía el periodo y él tenía ganas, debía igualmente complacerlo, pero hoy lo había rechazado totalmente.
Al día siguiente estuvo igual o más nerviosa que los días anteriores.
- ¡Ya me estoy cansando, o me dices qué te pasa o te torturo para que me lo digas!
Harley Quinn dio un respingo, bajó la mirada y decidió decírselo.
- Tengo un gran retraso... quizás estoy embarazada...
Un gran silencio inundió el apartamento. Harley se mordió el labio nerviosa y El Joker quedó en estado de shock durante unos segundos antes de desmayarse. Cuando se despertó del susto y la vio con esa mirada preocupada supo que eso no era una broma. Se puso la mano en la frente y meditó.
- ¿C-cuantó hace?
- Va a hacer casi tres semanas... -bajó la cabeza-. Iré al médico a asegurarme y depende de la respuesta yo...
Esperaba una respuesta por parte de él, pero nunca vino. Sólo un suspiro que se traducía en "menudo problema". Se levantó, se quitó el traje y el maquillaje y se fue.
Pasó la tarde y no regresaba. Ahora el nervioso era El Joker. ¿De verdad iba a ser padre? ¡Oh, vamos, eso no podía ser! ¡Él no! Aunque bueno, tener a un mini Joker por ahí corriendo... Entonces un portazo le cortó sus divagaciones.
- ¡Ya estoy en casa, pastelito!
- ¿Qué te han dicho?
Harley se paró enfrente de él y sonrió.
- Son gemelos.
No sólo se sorprendió, sino que su mandíbula casi se desprende. ¡Iba a ser padre de gemelos encima! Sus piernas flaquearon y tuvo que sentarse en el sofá. Eso era mucho para él. Pero de golpe Harley empezó a reír como una condenada y partiéndose el culo.
- ¡Qué cara!
- ¡Qué quieres decir!
- ¡Era broma! Era una falsa alarma. El médico me ha dicho que quizás por los nervios o por cualquier otra cosa ya me bajará, pero que esté tranquila. De hecho, me ha recomendado que empiece a tomarme estas pastillitas. -Y sonrió de nuevo.
El payaso empezó a temblar de rabia, la cogió de la nariz y le metió una patada fuera de casa y cerró fuertemente la puerta.
- ¡Pero pastelito!
- ¡No me llames pastelito!
Quizás era una pequeña broma, pero a él no le había hecho ni pizca de gracia. ¡No tenía humor! Se lo había creído y lo peor es que al principio se habría conformado, pero no. Ahora ya no, y si se quedaba embarazada, o la abandonaba por el bosque o se dejaba capturar por Batman sólo para no saber nada de ella.
Estaba muy nerviosa. No paraba de dar vueltas para arriba y para abajo. Muy, muy nerviosa, tanto que hasta El Joker, dejó atrás los papeles y saltó regañándola:
- ¡Se puede saber qué narices te pasa! ¡No paras de dar vueltas! ¡Me estás poniendo nervioso!
Harley cortó la respiración y decidió irse al baño para sorpresa del payaso.
- No se lo puedo decir, no se lo puedo decir. Antes me tengo que asegurar, eso... eso... pero es que... ya han pasado dos semanas y no me ha bajado la regla...
Las lágrimas casi se le escapaban. Seguro que si ahora se quedaba embarazada sería un doble estorbo para él, incluso seguro que le diría que no quiere el bebé o la abandona para siempre.
- A ver, volvamos a contar, Harley. 1, 2, lo hicimos, 3, lo hicimos y me tendría que haber llegado, 4, 5 y todavía no me ha venido y dentro de nada hago la 6a semana... ains, ains... se me está atrasando mucho.
Cuando salió del baño, El Joker se había quedado dormido encima de su mesa de trabajo. Ella se acercó a él suavemente y lo despertó para llevarlo a la cama. Allí él se arrimó mucho a ella, sabiendo lo que quería, pero ella se apartó. Eso no le gustó a El Joker, se dio media vuelta indignado y se durmió. Normalmente, si ella tenía el periodo y él tenía ganas, debía igualmente complacerlo, pero hoy lo había rechazado totalmente.
Al día siguiente estuvo igual o más nerviosa que los días anteriores.
- ¡Ya me estoy cansando, o me dices qué te pasa o te torturo para que me lo digas!
Harley Quinn dio un respingo, bajó la mirada y decidió decírselo.
- Tengo un gran retraso... quizás estoy embarazada...
Un gran silencio inundió el apartamento. Harley se mordió el labio nerviosa y El Joker quedó en estado de shock durante unos segundos antes de desmayarse. Cuando se despertó del susto y la vio con esa mirada preocupada supo que eso no era una broma. Se puso la mano en la frente y meditó.
- ¿C-cuantó hace?
- Va a hacer casi tres semanas... -bajó la cabeza-. Iré al médico a asegurarme y depende de la respuesta yo...
Esperaba una respuesta por parte de él, pero nunca vino. Sólo un suspiro que se traducía en "menudo problema". Se levantó, se quitó el traje y el maquillaje y se fue.
Pasó la tarde y no regresaba. Ahora el nervioso era El Joker. ¿De verdad iba a ser padre? ¡Oh, vamos, eso no podía ser! ¡Él no! Aunque bueno, tener a un mini Joker por ahí corriendo... Entonces un portazo le cortó sus divagaciones.
- ¡Ya estoy en casa, pastelito!
- ¿Qué te han dicho?
Harley se paró enfrente de él y sonrió.
- Son gemelos.
No sólo se sorprendió, sino que su mandíbula casi se desprende. ¡Iba a ser padre de gemelos encima! Sus piernas flaquearon y tuvo que sentarse en el sofá. Eso era mucho para él. Pero de golpe Harley empezó a reír como una condenada y partiéndose el culo.
- ¡Qué cara!
- ¡Qué quieres decir!
- ¡Era broma! Era una falsa alarma. El médico me ha dicho que quizás por los nervios o por cualquier otra cosa ya me bajará, pero que esté tranquila. De hecho, me ha recomendado que empiece a tomarme estas pastillitas. -Y sonrió de nuevo.
El payaso empezó a temblar de rabia, la cogió de la nariz y le metió una patada fuera de casa y cerró fuertemente la puerta.
- ¡Pero pastelito!
- ¡No me llames pastelito!
Quizás era una pequeña broma, pero a él no le había hecho ni pizca de gracia. ¡No tenía humor! Se lo había creído y lo peor es que al principio se habría conformado, pero no. Ahora ya no, y si se quedaba embarazada, o la abandonaba por el bosque o se dejaba capturar por Batman sólo para no saber nada de ella.
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